domenica 29 novembre 2009

¿Ahorrarse la fatiga de amar?


No pretendemos responder a la pregunta haciendo un tratado antropológico o un estudio sobre el Eros y su relevancia como dimensión fundamental y constitutiva para configurar un rostro humano.

Decimos sólo que el amor implica simpre el don de sí mismo, el exponerse, el estar en campo abierto. En otras palabras, amor es siempre tras-cender, un "ir más allá", un ex-ponerse. Y esto significa riesgo.

El amor pone en juego la autosuficiencia intransitiva, el narcisismo y nos abre una brecha o una herida en nuestra identidad cerrada y protejida. Es una especie de rotura del yo para que el otro, en su diferencia no siempre fácil de digerir, lo atraviese y, no sin poco dolor, lo purifique de tantas escorias y negaciones que impiden crecer y ver en profundidad el misterio de la vida.

El otro, si no es que pasa junto a mí como nosotros pasamos cerca del muro, es decir, en total indiferencia, pues entonces me altera. Es el otro que en esta alteración nos consiente ir más allá de nosotros mismos y ser "otro" de aquel que una vez fuimos.

Ahorrarse la fatiga o la pena de amar puede ser una estrategia para no tener heridas, pero tal estrategia nos impedirá crecer, madurar, y saber qué es en definitiva la vida.


Nessun commento:

Posta un commento